jueves, 1 de septiembre de 2016
El Eter y los Alfileres
Sobre el humero o las silabas que deforman el
dìa con una amapola.
En los retratos de un herviboro con un hueso de
nieve en su boca.
En los preludios que preceden a los lunares en
el cuello de un tulipan violeta.
O los sonidos que escarban en la hojarasca con
inviernos inimaginables de carbòn.
En los palacios y perdigones que alargan un dìa
en los caracteres de extraños atunes.
Sobre el granizo y el desencanto de manera que
el eco pueda tomar una reminiscencia.
En los adjetivos muy cerca de un lago donde el
espacio llega a una nervadura.
En los nomades irreconocibles de un talisman
creciendo entre las venas.
O en los higos donde la primavera es un evento
con tradiciones de salitres amarillos.
En los puertos que trajeron la edad de los muelles
con una expresiòn de acantilados.
Desde los conjuntos de olas que rompen en la
orilla; una de ellas arranca un dìa en su memoria a
la arena.
Un dìa semejante a un sastre que deja los colores
junto a un ritual euclidiano lleno de
serpientes doradas.
En las distancias que significan una mañana donde
el eter llena de alfileres los simulacros.
De simulacros y nupcias boreales.
O las manadas de zafiros y edificaciones de asfalto
en la percusiòn de un horizonte.
Donde se levantan hacia los hemisferios banderas
de leche.
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