martes, 6 de septiembre de 2016

Imanes de Cenizas





Las palabras. El eco seco del acantilado 
en ellas.
El vapor a lo lejos construyendo la intermitencia
de los volumenes en una humareda.
Las chimeneas con un huerto azulado en uno de
sus senos.
El tono violeta del ambar una vez edificados todos
los crucifijos sobre los colores.
El ancla y los emperdibles en la melodìa de una
baraja.
Las medulas conduciendo dunas y acertijos
a una puerta que casi es hialina.
Escaladas de sienes como en un juramento en
los archipièlagos, donde el agua vuelve a
mostrar sus raices. 

La conciencia de madera en el interior de
una nuez.

Frisos de encantamiento en edades lunares de
astrofìsicas, donde el viento derrama en los faroles
conjuntos de vidrio como el alba.

Las palabras porque en ellas hay un animal
fosforescente encargado de emparedar las escoltas.

Porque en ellas el vientre del hilo es un desmayo
y el invierno un desnivel rozado en sueños por relieves
de artropodos.

Y los pelicanos.
Los universos que aterrizan en las garrochas
arrastradas en sus alas 
donde la lògica dejò una primavera imanes de ceniza.

Lo ùnico que tienes que hacer es llenarte de metales.

Al caminar por el mundo quedaràs adherido a ellos.





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