sábado, 24 de septiembre de 2016

Es un Dìa





Es un dìa, que -segùn la intensidad - podrìa llegar
desde un tronco, aislado en el meridiano o la
libelula.

Con aspecto de teatro marginal en sus uñas.

Con datos de entrañas en alguno de sus exodos.

Con figura de galpòn en uno de sus estadios 
virando llenos de emperdibles.

Uno que cava y se estremece. Que llena de espacio
y tiempo las peninsulas. Dorado como
las antologìas de las cupulas en las cadenas.

Es uno de elixires entre los àrboles
donde los reflejos permanecen como frutos que 
encienden debajo de la lluvia, sus gotas.

Es un dìa de reflejos que permanecen.

De bovedas entre los rascacielos donde se 
estructura la plastilina, la unciòn de los vilos, el instante
de los dragaminas con un horizonte 
en su fondo, cubierto de celeste plactòn.

Es uno de esoterica imaginaciòn
en las cebollas.

Deteriorado entre la multitud 
y los ladridos. Incursionando en las ferias donde
se estimula un testimonio
cubierto de fenòmenos iguales a la resina
o las criaturas de linfa.

Lleno de manifestaciones.

Es un dìa que confirma la creaciòn de los druidas en el 
polen. Uno donde los cometas recogen sus estelas, su fondo 
marino y boreal. Su conjunto de arpas en un
silogismo.

Un dìa de examenes para llegar a describir un rumiante

en las veredas.

Lleno de puertos y bancales en el pavimento.

Con el conocimiento del juicio y la temporada
del velo en una curva o el silencio mortal que precede
a los sistemas.


Uno que drena.

Que llena de perspectivas los circulos.


Y los lazos de magnèticas idilios en el principio
de la lluvia.

Donde la experiencia del oceano llena una
y otra vez de agujas los bozales.

Hasta alcanzar una constelaciòn de agua.

Una liquida cupula que nos responda en
las tinieblas.













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