sábado, 28 de septiembre de 2019
Material y Sórdido Como una Manzana
El poema es una explicación.
El poema es el girasol apostado en el color amarillo de la vida.
Una nupcia entre la arena y el mar para crear la
orilla. Entre la lluvia y el polvo dando origen
al barro.
El poema camina por la noche porque es el único
modo de alcanzar la luz del día.
Material y sórdido como una manzana.
Ancestral desde las sílabas en las cuales el humo ha
colocado una aldea. Un onomástico.
Un aniversario de axilas
o el margen de una ambidiestra corola.
Un campo de golf invadido por picos de pelícanos.
Inundado por violines de cera que sabemos
llegarán al estado liquido cuando el calor de las manos
intenten arrancar un acorde de su forma.
El poema es una estación ebria de himnos para nadie.
Un salvoconducto para naufragar a cada momento en
la palabra. Una soledad con antinomias.
Con manantiales debajo de la saliva que nunca conocerémos
pero convencidos de su existencia abrazamos con
ellos escoltas. Arpas. Perímetros de sal
que descienden del pelo.
De una mañana con narraciones de
albedrío.
Con urnas de fantasmas.
El poema es la absoluta desolación.
Una verdad compuesta de mentiras que cruza la tarde
escupiendo nuestros rostros.
Mientras leviatanes y diluvios saquean las sienes
de un céfiro.
Dormido en las cuencas de los ojos.
Pero aquellos que provienen de una mancia.
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