viernes, 20 de septiembre de 2019
La Superficie no Habitada por el Olivo
Dentro de un tiempo habrá un espejo en la arena.
Una superficie no habitada por el olivo.
El mar volverá a suspenderse en un pájaro y asistirémos
a movimientos de barcos en el aire.
Su tráfico en el hemisferio nos parecerá extraño.
En un ángulo del parque donde vivo
mi existencia descubrirá otras cosas y me separaré de
ellas para reconocerlas.
Los límites tendrán sus propias ceremonias
en un halo que subvierte. Que subversiona y crea ruedas.
Acontecimientos donde la flor resiste en los labios
con esa iridiscencia que arranca el horizonte
y el polen a los mástiles.
Con la tesitura propia de un animal llenaré de saliva
tu pelo y determinadas palabras abandonaran sus reflejos
para contarte un pedazo de esta historia.
Una orilla en ella te confesará que esa historia camino
semejante a una legión.
A un espectro.
Dentro de un tiempo el espacio habrá de ser un pulso
con ventanas en las mejillas llenas de caracoles
y cítaras.
Un día - no sé cual - la magia capitulará para siempre
y volverá a esconderse de los hombres.
La nieve dejará de ser una ilusión.
El valle de sortijas soñado por las encías cumplirá
una cita con el lumen.
Lo relativo acariciará su única campana.
En las bóvedas conjuntos de agua oprimirán el sigilo
hasta convertirlo en latido.
Convencidas que en el mismo
sólo puede vivir el más extraño corazón.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario