jueves, 26 de septiembre de 2019
La Ilusión del Equilibrio
Quisiera un lenguaje más cercano a la brisa.
Un alfabeto que crea de día y de noche
en las supersticiones.
Un ala mineral como aquella que
cimbrea en los huesos.
Existe tal ala?
Me preocupo del viento concibiéndolo
igual que un resorte.
Como un racimo lleno de hologramas.
Igual a un pulso atravesando una península
o una ceremonia de helechos tensados
por la verdad.
La verdad puede tensarlos?
Contemplo una pregunta.
Alguna me dio como respuesta una afirmación.
Otra negó rotundamente.
Claro la pregunta sólo tiene dos desenlaces.
Hay un estado que precede a ambas.
-la afirmación y la negación-
Hay un estado que casi es un alma.
Un evento de coral.
Una subversión en la que trocan los nombres.
Semeja mucho los altares de una
paradoja.
Quisiera una linterna
pero seguramente mi perro la destruiría.
El es metafísico en ese sentido.
Y no lo sabe.
Como tampoco sabe que existe un parque
un poco más allá de este. El convive con
su espacio
de extraña manera.
Portador de collares magnéticos.
De pétalos de azufre.
Pero mi perro es metafísico en ese sentido.
Y no lo sabe.
En cuanto a mí el papel en este escenario
es inútil.
No tiene sentido a no ser que
llegue a determinar
cual fenómeno es metafísico para su
ladrido.
Cual fenómeno no.
Y mientras eso sucede
un horizonte casi estético de forma
descomunal.
-absolutamente descomunal-
Conduce la ilusión del equilibrio en
un péndulo.
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