lunes, 12 de agosto de 2019
Protocolo Celeste
Para que todo sea celeste o màs celeste
tù estàs caminado por la lluvia. El rocìo
te toca. Los aspavientos son boreales si
reparas en las embarcaciones y veleros a lo
lejos. No puede ser algo ligado a lo real porque
la realidad està cambiando a cada instante.
En este momento entiendo lo real como
algo que no puede hacerlo.
Creo que hablamos de sucesos que calan
incandescentes. Que poseen motivos
y diminutivos
para alimentarse de fòsforo.
Ello implica que hay otras linternas.
Otros limones.
Distintos son los pèlìcanos que sueñan.
Los parpados anuncian cuellos de cisnes
y quimioterapias. el sol es rojo como si estuviera
escondido en el betùn. El betùn alcanza finalmente
un zapato. Observo el mar y la hoguera
en uno de sus àngulos prevè un zoològico donde
los rostros tarde o temprano se crispan.
No. No es una profecìa de una tal Cassandra.
Tampoco esa profecìa que sostiene que un dìa
untaremos de noche mantequilla en un pan.
-eso sucede a diario-
O dispersaremos manzanas en nuestra habitaciòn
antes que llegue el lenguaje.
En realidad es algo que no podemos ver.
Que gira en las visiones de los niños cuando logran
reproducir escenas de estrellas
Cuando se liberan desesperadamente de esas
figuras que no son metàforas.
Pero son constelaciones.
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