viernes, 16 de agosto de 2019

Las Cordilleras Etereas





Tal idilio o tal xilografía.
La condición humana a través de los rostros.
Las humaredas por las cuales el tiempo
besa un cuchillo.
La naranja en la brisa que es igual a un
residuo. A la naturaleza del océano
mientras se transforma en 
acuario.
En una linterna 
En un drama que inclina su tragedia.
Un caso epistolar.
Tal naturaleza del céfiro. Tal alambre
y su contenido magnético arañado 
por la distancia.
O era acaso el horizonte?
El horizonte con una criatura en el
pecho mientras los dioses preparaban su
sueño. En el mismo los
preámbulos dormían.
Llenos de atlas y caballos en ele.
Determinado peso
del opuesto en un ángulo lunar
mientras las órbitas nos separan de los
asteroides y seguiendo su curso
inevitablemente convertimos todo lo
que somos en planetas.
-no estaré preparado jamás pare ello-
Es decir un circulo de elementos
adheridos por los átomos
que giran ante el sol.
Giran como un extraño escrúpulo.
Igual que una oración que tiene cebras
o espolones. Embestidas donde
cómplices y sacerdotes
recorren las barbas.
Los monosílabos.
Los puntos de carbón en los talones.
El espíritu con que un poniente
deja a la magia escalar en
sus cirros.
Pero allí la magia se equivoca.
Las cordilleras de esos
cirros son etéreas.




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