jueves, 29 de agosto de 2019
Aquello que Somos
Muy temprano intenté escribir algo.
Desde una banca en un parque vi la caminata de
una manada de cenizas. Algunas de ellas
llevaban en sus muñecas relojes.
Me pregunté de qué le serviría a una manada
de cenizas el tiempo.
Me pregunté cómo era posible que una ceniza
eligiera el sentido del tiempo antes de aquel que
se dora en el anhelo.
Bueno, estaba suponiendo que el anhelo había
llegado a tal ceniza antes que el tiempo.
Pero no es la ceniza un anhelo?
Paralelamente las agujas llevan en
su corazón una brújula.
Se sostiene también que la muerte es un ensayo
y la vida algo un tanto más científico.
Menos coherente cierto.
Pero llena de epistemes como en un
triángulo. Uno lógico.
Eso lo liga a la realidad incluso con más
fuerza que a la existencia.
Muy temprano.
Rodeado de esa desidia con que empiezan las cosas.
Desde eso primeros abismos que aprenden
a herir sólo a aquel que los lleva.
Todos hacemos de ellos ignotos pergaminos.
Todos mordemos en ellos nuestros candelabros.
Mirando en el infinito nuestro reflejo.
Es decir aquello que somos.
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