lunes, 12 de agosto de 2019
Las Dos Panteras
Todos nos encontramos cerca de una palabra.
Y a veces decimos que ello es igual a una luna.
A veces semejante a un astro. A un plano
linguistico lleno de eslabones. Tambièn de
ruinas.
En ocasiones -es mi caso- puedo no encontrarme
cerca de una palabra. En esos casos parece que
estuviera en su interior.
Todos o casi todos o quizà uno màs que otro nos
hallamos cerca de una palabra. La palabra forma
un ritual en ese momento. El espacio en ella
ha arrancado a las cosas su significado pero de
otra manera. La palabra es la ùnica que puede
hacerlo. Tambièn el significado.
A todo esto los dioses juegan en el cemento con
una esfera. A su lado los murcièlagos pueden decir
que devoran una uva, pero mejor que esta
podrìan haber sido las siluetas de esas palabras
que hoy nos confieren. Pero eso es
imposible.
El asunto es que las sìluetas no son devoradas.
Una adolescente enciende una fogata en la luna
para evitar los paisajes.
Otro lo hace en algùn punto de la tierra para
que aquel que lo hace en la luna pueda verlo.
Ninguno de los dos lo logra.
Pero la llama.
Una de las llamas se vuelve invisible.
Y la otra hace lo mismo al advertirlo.
Y en una regiòn de transparente yesca logran
unir sus ojos.
No como un hombre u otro que se hallan muy
cerca de una palabra.
Lo hacen como lo harìan dos panteras.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario