martes, 17 de enero de 2017
Llenas de Mitos y Onomàsticos
Imagino el viento un instante antes de la ràfaga.
La transparencia de las cosas al llegar versadas por las
lenguas de los hominidos.
El organo en uno de los planos del leòn.
El estandarte inundado de cera.
La amalgama ebria de tijeras en un espolòn sinuoso
como las bibliografìas y pianos.
Los peces en la orilla dilatandose lentamente antes
de alcanzar la hojarasca.
Los peces con oràculos de fisicas cigarras.
El cuerpo de una criatura llena de periscopios y telegramas.
Los automovilistas sangrando en las cupulas del gorjeo.
Las bicicletas completando sus horòscopos en algùn lugar
boreal tensado por la astronomìa.
El jardìn de leche junto a una profecìa.
El universo del jabalì en un rayo.
La incrustaciòn escarlata en la conciencia de un aullido.
La habitaciòn donde los perros arrancan el iridio del
polen. La vida del iridio despuès de las generaciones
con epicentros y equidistancias denominando
un termometro o una helicoidal
densiometrìa.
Examino el lapìz edificado a base de panteras.
El equilibrio donde una vez màs las serpentinas
muerden el telòn de una naranja. Los elixires
en los ojos de los megaterios.
Imagino el viento un instante antes que los astros
sean crepusculares en la piel, como un idioma rojinegro que
llega de los gallinazos. El poema con circulos
de niebla en cada una de sus lineas. Cosa primordial.
Cosa primigenia e inherente a los
portatropas y la sal en la frente de los juglares.
Veo el giro del templo con viceversas de neumàticos
mientras el resplandor disemina y adiestra un iris entre
erràticas coreografìas.
Entre las superficies ideales de las grevas.
Llenas de mitos y ejercicios ortodoxos.
Llenas de mitos y onomàsticos.
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