sábado, 21 de enero de 2017

El Misterio





Allì se encuentra; en un velo. En el vapor. Entre
imagenes que toman las agujas del eter.

En un manantial que vuelve a ser desfigurado
por la poesìa. Entre rojos prismaticos donde
reportan su llegada a la arena 
-desde un extraño silencio-
las constelaciones.

Despertando tùnicas. Golpeando racimos.

Pronunciando en todos los velamenes de
la noche. En los contenidos semànticos de las hojarascas.
En los bulbos llenos de eslabones.
Ebrio de giros y entrañas y onomatopeyas.

Con una llegada a los pàjaros que es orientada por la
sed y el lenguaje femenino y plural de una antinomia.

Allì los muros se deforman o se separan hasta
quedar regados en las cupulas de las
hormigas; aquellas con industrias genèticas.
Con mapas coloniales.

Lleno de marcos propios de un alba. Un alba
donde los zafiros son vistos manifestando palabras
pertenecientes sòlo a las alquimias y un color de helio 
numismatico
enceguecido por las humaredas
de los craneos, llena una dinastìa de alaridos.

Despertando en el deseo o la perversiòn.
En las cartas màs obscenas de un diàlogo.
Esas que cuelgan como parabolas entre los herviboros.

Llenas de metafìsicas entre los rumiantes.






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