sábado, 14 de enero de 2017
Horizonte
A cierta hora las ciudades se ovalan
y las ceremonias y los gritos llegan a la miseria.
El eter crece en las ojeras de dios
igual que un pàjaro cuando no encuentra
una palabra.
Los territorios empiezan a ceñirse a la piel
como un dìa en que las algas buscan su imperio
entre las costumbres y la tarde se reduce
a un plano domèstico. Entonces alguien
entre las sombras lanza al aire
una pregunta.
La vida del parpado forma un relieve en
el rostro. Un ser andrògino se acerca a èl lleno
de locomotoras.
El viento es completo o llega a una conciencia
donde el ente eleva metamorfosis en el crepusculo.
Los relojes son desfigurados nuevamente por
lo inasible.
Y sòlo una serena belleza a lo lejos nos dice
que es el horizonte.
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