lunes, 1 de julio de 2013

Sobre la Individualidad del Vidrio





Ese es su caracter, extremado.
No vive por lo tanto màs que extremadamente.
No està cercado por territorios.
Inmutable en regiones.
Su existencia no està conectado a sus hechos
porque los interpretò muchas veces.
Pero esa no es condiciòn
para acabar con ellos.
Es sòlo una manera de concebirlos.

Ahora, estos son los garfios con que las cosas
se derraman. Este, el vil aroma sin exactitud
o aquello denominado obra: En el fondo
un mal cultural y autòctono, lleno de rodillas.

No creo en su individualismo, yo que a veces 
hablo de soledad y universos interiores,
yo que jamàs caminè en el filo del cuchillo,
en el jardìn del ave.
Ni fuì amenazado por una de mis cartas
y sus teorìas.

Para mì, es terrible hablar desde una condiciòn,
proponerle a la experiencia objetivos o materiales,
caminar a travès de ellos, lleno de cartografìas
dormir en los crepùsculos de mi vacìo.

Asi es necesario concluir
que algunas cosas pueden ser infinitas
pero nada deben a este circuito de algas,
donde aparecer y desaparecer
posee algo indefinible, algo tan simple
como un alfiler en la nuca.

Un alfiler que siempre logra agitarse.
Encontrarse con el oceano donde la
mantis deja de ser religiosa.

Y ceremonias de vidrio, muerden.



Guillermo Paredes Mattos

No hay comentarios:

Publicar un comentario