viernes, 12 de julio de 2013
El Luto de la Belleza
Alguien reconoce bòlidos.
Apareciò bajo lumenes de navegantes
con el vidrio, tomò la apariencia de la realidad
y subiò a un enroque.
- Quizà la conciencia que forma, triangula
un hermetismo con la trascendencia-
A ello podrìa aludir la figura de ese
enroque.
Quizà al tema del origen en el pulgar.
A la avenida de cobre y el talmud al plegar sus alas.
Tal vez, a ese desplazamiento, donde
la epifanìa corta el humero y dioses de plata
ensartan una lectura, donde somos inasibles.
Como esta goleta, a su lado el birreme,
compara los dìas de diablo en el luto,
la teogonìa con llegada a una
arboleda cristiana, donde los pàramos
comprenden finalmente la visiòn
de la cruz por su propia sombra, màs no
desde las maderas y esto invoca algo solar
como la naturaleza, cuando prepara
desde los manantiales, la guarida
de una estela.
Asi,si yo fuera poeta, tendrìa que viajar
hasta el luto de ese diablo. Observar detenidamente
entre su cuarentena. Preguntar por todas las camisas
de fuerza que han utilizado los hombres
con la posibilidad de que no sea libre.
Todo por tan poco.
Bien sabemos que la libertad es tocar un poco
de sangre derramada en la madera.
Bien sabemos que esa es toda la belleza.
Guillermo Paredes Mattos
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