miércoles, 24 de julio de 2013
Los Magos y los Nombres
Nunca he llamado a mi vida por su
nombre. Poseo uno es cierto. Tiene
entrañas y caracteristicas, tiene hambre
y juega carnivoro con los centauros. Le he
ofrecido redenciòn a cambio de una
cùpula. Le he contado mentiras o
luces de los objetos, he advertido
en èl materialidades o enajenamientos,
movilizaciones de cifras y oleos
allendes al oceano, con toda
la piedad y la precaria
mentalidad que ello implica.
He buscado en ese nombre, como
si se tratara del mìo, he vivido en èl
intuyendo el poco riesgo que fue adquiriendo
en su existencia, yo hubiera querido
conocer mas de su riesgo, mucho màs,
pero apenas lo roce una noche,
una de tantas donde se baila
con el fuego.
Esta vida y su existencia tienen mucho
que reprocharse entre ellas, yo digo
que aun busco el riesgo, que cada mejilla
para mì es un terceto, que esta oligarquia
de nada es profecìa con los aludes
o las proporcionalidades.
Nunca llamarè a mi vida por su nombre,
lo seguirè oyendo en otras bocas, otros
labios lo pronunciaran segùn acordes
o la potencia calculada por una ciudad
de maleficios.
Una ciudad estrictamente de magos.
De magos. Porque sòlo un mago puede
ofrecer el lugar de nuestros nombres.
Guillermo Paredes Mattos
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