martes, 30 de julio de 2013

La Catadura Exponencial






Yo he vivido con la intensidad de un hombre en el
instante en que las cosas mueren.
Esa ha sido mi ùnica articulaciòn con la vida.

Grafiquè la existencia imitando ocasionalmente a plutòn.
No lo hice porque en ello se encerrara alguna
novedad. Tampoco porque sus diagràmas 
pudieran oponerse a todos los
circuitos que 
crecen en una orilla. Yo fui un adolescente que
viviò en ella y si deseaba que mis sentidos
tocaran el agua
sòlo tenìa que escribir en la arena
una palabra. Por ejemplo artificio.

A nadie se nos es dicho que un artificio busca 
la alegorìa para cantar a la providencia.

A ello llegamos por la experiencia
con el barro.

Nadie puede engañarnos con la figura
de una melodìa en sus palabras.

Yo puedo dudar de las cosas que estàn en 
el horizonte.

Pero no de la distancia entre mi vida y 
mi vida.

Por ello escribo que si vìvì, lo hice con esa
intensidad que no tiene mas finalidad
que un principio.

Mi paìs sigue siendo un lugar donde 
son comparables los similes,
el eslabòn de una herradura
o el beso salvaje
del fuego.

Precisamente ese està escondido
en el devenir de este poema.

En su transcurrir.

Y en los verbos con que mi intensidad
intento ser original hoy para
escribirlo.

Tan original como un cadaver sumergido en
un muerto, midiendo a cada instante
la intensidad de 
su catadura y la mìa.




Guillermo Paredes Mattos

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