Dedicado a mi intensidad.
Es demasiado temple para la espesura.
Un biombo vacìo sopla como viandante
de gruesos animales. Desde èsta intensidad
te ensimismas, desde èsta intensidad
bloqueas tus propios fenòmenos
y alguien camina por la noche guìado
por la llama.
Siempre cuando miras el fuego hay otro
lugar a donde ir.
Y hay que ser creador desde el fondo
de nosotros para ser corroidos.
Para escupir a una civilizaciòn
desde nuestra manera.
Si eres otro, que ese otro haya
perdido su corazòn en sus actos.
No te ocultes sutilmente en la cara
de una oraciòn
estilizada en los muelles.
Recuerda que el poema posee los escrùpulos
que nosotros, lìricos torbellinos
no alcanzamos.
Y que basta ese punto de yesca para
sentarse sobre los bosques dormidos.
O los reflejos que ya lumenes despiertan
en este instante como coyuntura de don
y avenida de gallos.
Es demasiado temple.
Un aire marsupial me ensordece
lleno de vilos.
Direcciones como la vertical o el
destino de la luz entregiran.
Es demasiado temple. Lo sè.
Sobre todo ahora que como atomos
deslizanse a otras particulas.
Guillermo Isaac Paredes Mattos.
martes, 19 de octubre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario