lunes, 18 de octubre de 2010

Poema

Es extraño. Son los mismos vacìos.
Una alambrada asciende por el corazòn
elevando antiguos retratos.

Saetas de rublos, corean la inocencia
del placer y una màquina, temblores
de espesura detienen sus pòmulos
en cuyas ruecas abren acacias
y se desnudan ejambres de opio
en otros abetos.

El ser se encomienda a la luna.
Es ser pide otro ojo al diluvio.

Pero en las manos sòlo hay un dios
y la lengua de las mismas gira
desde su corazòn.

A un cientifico apocalipsis.




Guillermo Paredes Mattos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario