sábado, 23 de octubre de 2010

Diàlogo con una Figura

Musicaliza la arena su estirpe.
Su rùstica plaza de coliseos.

Abraza la casta de un galpòn, la letra
enquistada cuando los cìrculos, en proporciones
del agua a la magia, son un canto invertebrado.

Una efigie hermafròdita,
del corazòn al arpa.


Es sùbito el pronunciamiento del tiempo
como una corazonada abandonando la esquirla,
el invierno de la fe y la soledad
una metrica fermentada por mi època en la arena.

Escribo con el derecho a èsta
en un amanecer para nadie
agonizando en su petrea transparencia
porque el brillo de los hombres
nunca tuvo opciones en sus muelles.

En su alma todo ha encallado
en un àrbol sometido por figuras.

Extenuandose en flores antiguas como
las madreselvas o el lupulo que
muerde su corazonada.


Soles de simulacros y tramites
de semen derraman alcoholes y tèmpanos
sobre una estalàctita nuevamente.

El alfabeto corona serpientes de devenir
y èste adquiere el destino
de sedientos mercurios y gelatinosos
enjambres con la carne.


Musicalizan los mùsculos sus huesos.
Sus nervios de arqueologìa marina,
subterranea como un arquetipo
y la mistica trascendencia
rondando una y otra noche
la poètica
de su rostro.


Y sin otra dimensiòn,
sin nada a donde poder asirnos
a esa belleza somos arrojados.




Guillermo Isaac Paredes Mattos

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