jueves, 7 de octubre de 2010

Ediciòn de los Puñales

La noche crea una palabra, dado que el viento la detiene.
Despuès de ello proporcionamos mariposas de verde a los barcos
y los rapsodas son martinetes balìsticos.

Asi nos inspiramos mortalmente pues los astros
no pueden contemplarse.

La emociòn amplia su estreno
de salado milagro en su presagio.

La inteligencia sale a las calles vestida de dudas
su redenciòn es una claraboya ascendiendo
con la piel desde un verano.


El hombre tambièn crea una palabra, al parecer
posa aquello que providencias y anarquìas dejaron.

Jamàs vislumbraron el sueño de ese caos.

De acuerdo al tiempo titularon el espacio
como lo hace la ciencia.

Y la inspiraciòn se alejò de su mundo
errante y soltario como el halo.

Dejo en las piedras su mensaje.

Era el siguiente.

Vivì en los montes y las cordilleras.
Caminè entre conspiraciones.
Me hice elemental como el hombre.

Y amè los puñales.
Pues siempre mi recogmiento les ofreciò
un sòlo camino.

Y murieron como muere mi sombra.

En la espalda.




Guillermo Paredes Mattos

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