martes, 11 de junio de 2019

El Dìa Asciende por una Hoja





El día asciende por una hoja.
Parece un cuerpo.

A la derecha limita con el espacio.
A la izquierda con el verbo.
Entre ambos la gravedad o la inercia.

Seguidamente una aurora es 
mediterránea y forma un extraño
racimo.

Hélices de frutos verosímiles
barren un poniente en espiral tomado
de otros vórtices.

Lirios y paraguas.
Pétalos uniendo avenidas a través de
sus siluetas. La intuición anuncia
el devenir de un cristal.

La pira de un fragmento alado entre
hogueras de magnesio. se arrastra hacia las 
entrañas de un jabalí con místicos
asteriscos.

El día asciende.
Posee un crimen azul muy cerca de la hoja
que aguarda.
Un sentido detrás de los cojines.
Una mueca infinitesimal.
Un cínico gesto donde te escondes a diario
lleno de jabalinas.

De dioses que resuelven crucigramas.

O en su defecto preguntan la hora.

Mientras se desvanecen en la imagen 
que refleja el vidrio de una ventana.

La misma habla de un parpado 
desfigurado por un pubis.

Y el mismo a la derecha limita con
el espacio. 

A la izquierda con el verbo.

No con las mitografías que descienden
de tus sueños.




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