lunes, 3 de junio de 2019

El Trajìn del Halo





Siempre se piensa en algo que sea raudo.
No tan dificil de definir.

Que no posea contrastes.
Que piense muy ocasionalmente en la lluvia.
Que vaya por el agua con un dirigible en la boca.
Siempre se llega al vilo observando un planeta.
Con luces descritas por el presente.
El presente -si se quiere- es un àmbar sin futuro.

Siempre...
Eso que no sea tan dificil de definir quizà se 
encuentra en un pàramo.
En un pristino desierto.
En un olvido que abandona una imagen
en el recuerdo. 

Tal imagen esta situada en un punto donde la magia
desnuda la adolescencia. 
Entonces logramos asistir a un racimo.
A la visiòn de una manzana que atraviesa la arena.
Lleva cuadrigeros y antonomasias en su alma.

Conduce su trajìn por un halo, por
los circuitos donde se aloja alguna hipotenusa
o una represalia.

Usualmente caminamos con cierta indolencia
despuès de haber contemplado el rigor en el alba.
Todo rigor es tràgico y duradero.
Todo rigor aloja jardìnes donde emana una
pùstula.

Siempre se piensa en algo raudo.
Continuo. Que lleva la desesperaciòn de todo
devenir.

Siempre en algo que sea imposible de definir.

Y se piensa en algo

Este algo que necesariamente sólo se logra
sentir.

Pero jamàs se puede ver.







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