miércoles, 28 de agosto de 2013

Sin Tocar la Tierra







Al menos siempre queda un centauro.
No està en tu casa por supuesto.
No posee la forma de una lectura.
Tampoco es quien brota de los
abismos de la tierra
buscando su espìritu, los nombres
del reves, los que tienen la
visiòn del plano, pero deciden
no llegar al mismo. Conjetura
en su inercia el aplomo 
y agonìa de su deleite: Ese gesto
que asciende lleno de estratosferas
a sus oidos, desde el interior; 
existe como el 
diario de una gravedad 
- algo asi como el golpe seco
de una carabina- 
dejando morir sus puntos en 
el corazòn del viento.

Y ese punto que debiò 
ser un poema muere.

Sin tocar la tierra.



Guillermo Paredes Mattos

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