lunes, 12 de agosto de 2013
La no Soledad del Poema
Mañana al despertar.
Cuando los acertijos sean de tahur.
Y todo crezca en tu boca.
Sin una ceremonia o un sacrificio que alimentar.
Cuando lo fulgiente fuerze una humareda
y en los brocales, la idolatrìa enumere la escarcha
como alguna vez los torreones,
el acero del anatèma.
Hoy cuando la soledad del poema te siga a
todas partes y para seguir viviendo
tendràs que unirla a la tuya.
A tu soledad màs simple.
Sencilla como una antigua evoluciòn.
Cuando despiertes y alguna magia lea
en las mechas, en la construcciòn
de la imaginaciòn,
entre rabinos acicalados por un reloj
por un acorde
mientras los relàmpagos parecen divinos
allà afuera.
Dictatoriales como un muelle.
-Organizaciones mentales dictadas
por un maniatico-
En las mochilas, hoy en los estereotipos
cuando los burdeles
sean el espiritu de un eslabon.
De alguna ortografìa de
legiones.
De una religiòn tormentosamente lunàtica
llenado un pedernal de submarinos.
De carbones.
Mañana al despertar,
como hoy.
Guillermo Paredes Mattos
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