sábado, 3 de agosto de 2013

Esotèrismo de la Palabra





Aquì empezaba. Era un pedazo de madera
donde la reminiscencia mostraba su
espìritu.

No conocìa las formas entonces. Apenas
el mar recorriendo el oceano. Apenas un
ancestro incrustado por la existencia en
la vida. Existencia de violetas y eufemismos.
Existir de plantas y mutantes decoros.

Irracionales, profundos y temblorosos
los velos encendìan a Apolo y daban muerte
sin sangre a los pàjaros, a la caverna de 
la belleza en los higados. Nada era aùn
el paradigma, en cada letra respiraban 
dictadores y extraños patriarcas nos 
amenazaban desde los sonidos.

Llegaba a las ciudades con una esquina
en las sienes, llegaba a ellas con disturbios
de algas o cicatrices de granizo encerradas
como galgos dentro de una trama
con el infinito; el helecho del aceite
derramandose en el mito
con su ideologìa de
espasmo y trance, del mismo modo
con que nace una coreografìa.

Epònimas idolatrìas olfateaban los raptos,
indolentes mensajes de hierro,
junto a ellos, el nihilismo esotèrico
de un horizonte limpiando el 
lenguaje del hombre.

Dejàndo nuevamente al hombre en
el desamparo.

Entonces dijo la existencia:

La palabra no puede existir sin el lenguaje,
pero el lenguaje lo hace sin 
la palabra.



Guillermo Paredes Mattos

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