martes, 20 de agosto de 2013

El Antimonio Espartano






En una especie de oceano donde las flotas dudan,
por lo tanto tienen el derecho a elegir. 

Una serpentina donde sòlo los asteroides son
liberados.

Un planteamiendo de carne que respira sòlo
llegando al trance.

Viejos idilios de resortes.

Sinòpticas lumbres de hidrocefalia
y carbòn.

Al acuñar balaustradas cerca del fragor
nacen dìas fervientes,
espectros cubiertos por el alma, por 
vèrtigos de centinelas derramados entre astilleros
por negros espartanos de patriarcas.

Cielos desalmados de resplandores y demonios.

Torpores con ilusiones de granitos hasta no
ser inspirados.

En una tipologìa, la cultura extiende una temporada
de espectadores y frecuentes estructuras de
lampo en el poema
van a rebelarse como en la marea
el antimonio.

Y sea en este mundo o en otro.

Algun dìa habremos de
beberlo.



Guillermo Paredes Mattos


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