miércoles, 14 de agosto de 2013
El Atlas del Poema
Hasta donde el amor lo sostuvo
era ambar.
Un atlas de cometa.
Una circulaciòn de
geografìas.
La condiciòn de una estampa
merovingia
unida a un color pardo.
Despuès ocurriò que encontràmos
un rito.
El astillero de una
logia.
El muelle de la disciplina
y el estrepito.
Las saetas eran febriles
entonces.
Evanescentes; semejantes
al calculo.
El fluorescente del nombre
disecaba sepulturas.
Alias de cetros.
Pseudònimos que son
deliberados al pie
del edredòn, caminando a
un expreso.
Incinerabamos todo estocolmo,
el goteo de la runa lo
ignoraba.
Pensabamos
-al llegar la aurora-
que la poesìa habìa abandonado
esa supersticiòn.
Lo cual es imposible:
Encaminandote a una garrocha,
te dice: Es todo lo que
sostiene mi
espìritu.
Guillermo Paredes Mattos
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