jueves, 20 de junio de 2013

Los Cometas de Eleusis







Sobre una manta de literas va un musculo.
Andino como una casta de oro devuelve
un reflejo. Ya sabemos que todo reflejo,
deja en el espejo su extraño corazòn, ya
conocemos la vereda de eleusis
arropada por una ciudad
donde persefone canta 
a la intuiciòn de un indio
con cartas azules entre lo celeste.

Sobre esa ubicaciòn con la tierra
en un sentido que desconocemos
arribamos a un corte de agua,
el tiempo no ha formado cicatrices allì.

Como un liquido desenvuelve entre
corrientes la grama.

La egida veterana del follaje.

Ese conocimiento, que alcanzo sabidurìa
a base de panteras y aladas balanzas.

Esa ciencia con escudos de pretorianos
y callejones grisaceos
sobre ellos demèter descendìa
hasta radioactividades de plutonio en
los cabellos.

Esas ondas continuan su actividad
cada vez que se acerca un heraldo.

Esa es una vida que no tiene existencia
sino es empujando un corazòn
en la naturaleza.

Mientras otros en el universo se apagan.



Guillermo Paredes Mattos

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