sábado, 23 de abril de 2011

Pròlogo de Amoniaco

Como si la noche no fuera nada màs que un
reflejo.

Y la realidad una sombra.


Como si faltara el equilibrio y no nos arrastràramos
en el fondo del verano
con arquetipos de otoño.

Y decir basta, ilustrarìa las bicicletas
de un orden absoluto rebasando su imperio.

Su ley de deseo. Su marco luminado por los arrecifes
y èsa columna no llamàse a las sienes
profugas de sì mismas, una vida dentro
de su vida sin comprender ya nada.

Como si no llevàsemos màs de un ser dentro
de nosotros.

Y ello fuera la infamia de una justificaciòn
esbozando ninfòmanas apostasìas.

Viviendo al empujar. Buscàndo lejos
del lenguaje, un silicio trazado por barcos inmensos
de alfombras.

Y no aparecieran con formas de sonido en
el techo donde religanse arenas... Un fondo de eco
en los vidrios, una parodia subliminal
donde lo rutilante ironiza
entre lo atòmico.



Como si la realidad no dejara de ser una sombra
para volver a un incendio en el alma.

Y un prologo de amoniaco
en sus hojas.





Guillermo isaac paredes mattos

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