Si alguien repara, la conciencia es
la misma cuando no lleva agua.
Y las olas al descubrirla develan uno de sus oidos
para que no puedan ser halladas.
-Escribo de un ser frente al oceano-
Asi, la conciencia, busca percusiones
y timpanos. Sòlo sonidos. Todos maritimos, reales.
No busca ni puede encontrar
una marea ontològica.
Y aunque la acustica de esas olas parezca
estar a salvo de hombres y objetos.
Siempre existe algo que toda naturaleza
de la conciencia
y su relaciòn con el agua graban
en el corazòn de la sepia.
De no ser asi, este poema sòlo hubiera
sido soñado, no escrito.
Guillermo isaac paredes mattos
viernes, 29 de abril de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario