El nido es de sombra,la vida de azulejos.
Como la inocencia la figura es abortada
por las ciudades y el poema pregunta.
Sus interrogantes son de vidrio ahora
aunque esa mirada a travès de ellos
no servirà de nada.
Como una gran metàfora, el poema se convierte
en extensiòn de èsta
y como metàfora existe ahora igual
a una inmensa interrogante
que sòlo puede tocar el lirismo.
Ha formado sin querer un circulo.
Una lìrica y sutil mordaza.
Ese lirismo bendice su rito como un pensamiento.
Su bautizmo es moraleja de metal que sube
por las cordilleras, un otoño de escolleras
centenario y grial
de lo que dimos al oceano
en un amanecer por una ola.
Cuando los elementos presenciabanse a si
mismos desde lejos.
Y nada en nuestro corazòn podìa comprenderlo.
Guillermo Isaac paredes mattos
miércoles, 13 de abril de 2011
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