sábado, 27 de febrero de 2010

Mientras

Mientras


Mientras una daga enciende sus palabras interpretamos
que en ello a la vida de èstas se asemeja.

Nunca dice su nombre.

Y celosos como una noche de nieve en las
alas de un pàjaro volvemos a ser desconocidos.

Lo siento.

No tuve el cristal de la centella.

El vidrio expresivo relatado por una mirada
al borrar sus ojos de la realidad.

Contuve el aliento pues sentìa mi corazòn en
los labios y nunca supe que hacer
con su mundo.

Mientras en las calles borrones egipcios
y nebulosas con la espalda
despistaban embrujos
una vìa lactea recorrìa el destino
que el horizonte
determino para un libro.

Y tuve miedo de deshacerme de èl
porque la noche seguìa siendo una daga.

Toda daga no es mas que una palabra.

Y como èstas jamàs dice su nombre.


Guillermo Isaac Paredes Mattos

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