viernes, 7 de septiembre de 2018

Mitografìa Individual






Veo el horizonte. La ciudad que se empina antes de 
èl desplegando edificios de trigo. Vellocinos y buitres
escoltando bandadas de humo.

El mundo se desliza lejano pero no para 
restar importancia a todo lo que es material o vibra
preguntando por las piedras. Es todo
lo contrario.

El absoluto pregunta a un velero por la escarcha dado 
su paso por el oceano. Alli donde las ceremonias tienden a 
oprimir su corazòn en el agua. En los rasgos que
se desfigura la espuma.

Veo el horizonte porque es reciente.
Porque desembarca lleno de ghetos en un espiral.
Porque su -por decir- poètica sòlo es una
encrucijada de adobes donde 
una amapola es 
cierta mitopoyesis
que llega hasta el amor o un màgico desprecio.

Un màgico desprecio con que a veces el espìritu
devasta las cosas.

Para encontrar un alma.






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