sábado, 21 de octubre de 2017
Las Ciudades de Huesos
Junto al àrbol se encuentra una pronunciaciòn.
En los ojos de un ser debajo del mismo yerra un oceano de
ceniza. Los pàjaros deslizan sus primeras preguntas.
En el racimo se agita un sacerdote.
El dìa es indòmito pero eso ya lo sabìamos.
Lleno de cuervos que hoy son azules.
Los espejos se convirtieron pacientemente en visagras
y fueron aludidos por un sur de raices.
En las veletas el viento fue anudado por la
sintesis del hombre que evocaba lechuzas en la hojarasca.
Esa sintesis llevaba tambièn comboys de plumas.
Los electrodos eran alimentados por el sodio
asi que el hambre en las sienes hoy continuarìa siendo
la misma.
Como desde hace siglos no habrìa sodio para nadie.
Tan sòlo para los electrodos.
Encaminandose furtivamente esta mañana hacia
ceremonias de huesos.
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