jueves, 19 de octubre de 2017

Repertorio Proposicional





Debo a lo ortodoxo este oceano.
A lo homogeneo los circulos que vibran igual que
astronomìas en una liendre. 
Que se agitan en el viento como horoscopos y los
absolutos en cada rotaciòn. En cada pericia. En cada
cofradìa sublunar o atòmica en los cables al
recolectar. Al vocear.

Allì donde las corolas se identifican con una radio.
Y las monedas subversionan el aire para ver en el
arsènico.

No pienso mucho en las ballenas pero me detengo a
veces a meditar en los lunares de sus repertorios. 
En sus bronquios.
En sus elefantes contaminados por un purpura.

En sus constelaciones de leña a orillas de la goma.
En el salitre que es izado como un  balbuceo o una 
locomotora.
En las cadenas donde la espuma pregunta por una
lampara.

Me detengo a pensar en estaciones de ditirambos.
En traficos que conducen de la soledad a una araña.
A un dìa periferico. Fronterizo, donde los
peciolos escarban y basicamente la luna es instruida
por enigmaticos lexicos.
Por radiografìas que surcan el lomo de una avispa.
El aceite de un vertedero.

Anillos dentro de una oraciòn alojada en las agujas
de toda naturaleza.

Torres que a travès del aire recrean el vicio de una
esponja un dìa azulado. Mimetizado por completo
con una hormiga.

Con un tejido donde la silueta de una colonia ha
hecho del oceano un roce.

Conquistado por lo bàsico.

Lo màs elemental en el hollìn de los abecedarios
infinitos.







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