viernes, 27 de octubre de 2017
El Universo Prometido
La ciudad se agita entre sus interiores.
Como una constelaciòn en una extraña actividad.
Igual a una nebulosa al rastrear sus propios fasciculos.
Una teorìa de carne proviene de las cofias.
De ese irse quedando solo sobre la arena, casi
igual que un circulo de fuego.
En una peninsula los pelicanos se alimentan de cuchillos.
Las flores circulan por ese extraño metabolismo.
Las flores perfilandose entre el celeste de una nada
se perfilan por ese extraño metabolismo.
Llevan secuencias de zinc.
Andròginos jabalìes de humo naufragan
entre hordas de yesca.
Las grietas en un lado del sol esparcen adioses.
El universo vuelve a sus contenidos. En uno de ellos
hay un selva.
La brujula llena de espinas un velero.
La inspiraciòn conquista la inocencia de un tejido
en una legaña.
El viento labra sobre un ditirambo que sueña.
Que recorre aletas.
Que atraviesa el mundo, pero no como lo habìamos
soñado.
Y mucho menos como lo habìamos
prometido.
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