martes, 9 de octubre de 2018
Transfiguración
Ahora estoy aquí.
El silencio ha despertado pronunciando otros nombres
Tendré que suponer que desde hoy serán extrañas las palabras
que agitan su corazón en ellos.
Creo -sin embargo- que son las mismos con los cuales
la conciencia llegó a mi alma en la infancia. Hoy me muestran sus
sombras. Un detalle. La imagen que les pertenece no es
la misma de entonces.
Una helada ráfaga busca remanentes de si misma en
los arbustos. El océano es una combustión de crestas y de soplos
helados. Una pareja se abraza en los acantilados.
Ellos han sobrevivido a la luna.
Al canto de los dragones por la noche.
Dioses y pájaros caminan por las calles como si fueran
uno. Caminan tomados de sus higados.
Automóviles hermafroditas meditan entre arietes sexuales
dormido en los iones de las bancas.
Porqué?
Porqué el horizonte a lo lejos y el canto del gallo en los muelles
con una bujía dorada coronando su cresta?
Porqué la lechuza de salitre en un pubis donde
destruyen bocinas de arcilla los ángeles?
!oh¡ solitaria refriega de una enfermedad donde el
pavimento enumera bucles. El tiempo en ellos que aún
responde a si misma desde teorías invisibles del
espacio.
En una de ellas
me he hecho casi transparente.
Casi igual que esas palabras que en la infancia pronunciaba.
Y cuyas imagenes para transformarse se
han desgastado entre la realidad.
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