sábado, 6 de octubre de 2018

Durante la Existencia del Poema





Durante la existencia del poema hay una luz.
Durante la existencia de ese poema que observa como de sus
palabras elevànse inutiles idolos. Craneos dormidos.
Parejas de ambar que en esta ocasiòn penetran 
sus propios sortilegios.

Por si acaso el oceano se està alejando de la orilla lo cual
es señal de un tsunàmi. La gente que està sentada en la arena
lo sabe perfectamente. Sin embargo ellos dicen que es 
mejor quedarse allì. Rara vez se puede ver 
un tsunàmi. Por lo general la gente corre
buscando lugares muy altos donde no puedan llegar
las olas. Eso significa que hay muchos detalles
que jamàs advertimos.

Durante la existencia del poema hay una luz.
Tambièn hay una ola.
Un tambor y la hojarasca que sobre la hierba conquista
la extinciòn de manera aparentemente lùcida.
Uno dirà que esas cosas de la lùcidez tienen que pasar
primero por la locura y dudarà de aquello.
Con todo derecho.

Debo reiterar que el oceano se està alejando de la orilla.
Es señal de aquello que ya sabemos.

Lo extraño es que no hubo un movimiento sìsmico.

-es lo que -por lo general- anuncia un tsunàmi-

En lo que a mì respecta -como casi siempre en este
tipo de eventos- he ascendido al paraìso.

Mi intención es volver a morder una manzana.










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