lunes, 29 de octubre de 2018
La Mágica Lúcidez
En el poema el verbo limita a cada instante consigo mismo.
Habita además en el espacio que dejan las palabras.
El poema no puede verlo.
El poema duerme en una especie de trance al llegar
a las figuras.
Paradójicamente es así como llega a la realidad.
Alejado de ella.
En el poema, el poema es también un opuesto donde
las sílabas duermen entre profecías
de iris.
El poema es el verbo con cristales de ámbar entre
la lluvia. Un pugiláto de mitologías que
esconden mariscales entre la
penumbra
con movimientos análogos a aquellos
que mimetizan una flor
entre la realidad.
En el poema cada hombre sobre la tierra
llega a sus propios maleficios.
Con la mágica lucidez de su locura.
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