martes, 16 de octubre de 2018

Canto de Un Navío sin Remotas Profundidades





Hay un navío entre la nieve y el verbo.
Uno que llega de círculos donde las uvas devoran
militancias de ámbar.
En su interior hay muchas criaturas individuales pero
no son una moneda; escolásticas, tipificantes
o algo parecido.

Incursionó  -aquel navío- entre alfabetos y álgebras.
Todos proseguían el espíritu de una que otra infancia.
Uno opuesto al horizonte.
Neuronal. Prosopoyético en sus encías.

Sus elixires políticos
donde una cresta de espuma juega aún entre 
misteriosas plusvalías, pertenecen
a la escarcha.

La plegaria del follaje es por remotos dirigibles
de hielo.

Hay un navío.
Un eco llenó de parábolas.
Un ardiente invierno donde no se trata de saber
de dónde llega el sueño.
A lo sumo es una diéresis. Un conjunto
de amapolas.

Y los diluvios esperan.

Garfiando entre fascículos excepcionales.




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