viernes, 12 de octubre de 2018

Dieta Matinal de la Orilla






Como siempre la orilla orilla duerme. O eso parece.
Médanos y dunas se confunden en ese sueño.
Algunos hombres detienen su paso por la arena y  
se adhieren a tal paisaje. Ahora son parte 
del mismo.

Llegará un instante en que seguirán su camino 
y dejaran este sitio.
Entonces el paisaje volverá a ser el mismo.

Yo tendré que volver a esa oración donde se habla
de algunos hombres que al caminar por la orilla forman
parte de un paisaje.

Yo intentaré ser menos antiguo.
Ancestral en mi única mandíbula. Con un deterioro
ético ya que la estética en el mismo es devorada
ahora por las ramas.

-hablo de esa etica que crece en los árboles-

La orilla duerme.
El acantilado al frente de la misma deja ver puntos
de arcilla donde -supongo- se agitan extraños relieves.

Eso lo sé como una forma de intuición.
Eso lo sé desde cierta epistemología llena de propiedades religiosas.

Y mientras pienso en ello la orilla despierta.

-es hora de empezar su dieta-

Y -tal como todos lo esperábamos- empieza a devorar
el oceano.





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