sábado, 6 de octubre de 2018

He Aquì una Orilla






He aqui una orilla.
La ola al llegar a ella me dice que es precolombina.
Pero yo veo un jaguar en su rostro.
Además de un limón sagrado.

Según ello qué palabra podría oponer a aquella
que es precolombina y se luce en el segundo verso
de esta estrofa determinando el mismo.
Qué palabra.

Bueno escribí que un jaguar se encontraba en su
rostro. La pregunta es: ¿Cómo se puede sostener sobre
la arena? 

Hay -dicho sea de paso- un limón que es sagrado.
Lo sé porque mordió las cúpulas de todas sus reencarnaciones.
Cultivò ejercicios svasticos. Fué alimentado por
velodromos y piedras.

Pero no he respondido nada.
No he encontrado una palabra que podría oponerse
a esa que tiene fonética precolombina.
Todo empezaba por ello.
Pero: ¿Por qué debia encontrar una palabra
què fuera su contrario?

En este instante vuelvo a recordarlo.

He aquí una orilla que escoltó girasoles mientras
intentaba llegar al lenguaje.

Cada lenguaje parpadea.
Cada lenguaje habita una casa después de la noche.

Lo hace apurádamente.

Paralelamente una extraña conciencia en este texto 
escribe que es precolombina.

Que no puede ser otra cosa.

Todo lo demás es absurdo.

Es inutil oponer a ello una palabra que sea su
opuesto.





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