martes, 18 de abril de 2017

Dimensiones Ideales







La vida amarilla y lucida de una amapola
en el horizonte. Una lucidez que acaso vive a base
de legañas.

Los bloques de cigarras suspendidos en los màstiles.
El abecedario nombrado por un druida en las axilas.
La llama despertando hacia la realidad desde los poros
de los dragones.

La cientificidad del equilatero -digamos- o la expresiòn
de un amuleto para las melenas.

El sonido despuès del menguante una noche
de esquirlas y desplazamientos, cuando las cenizas
parecen reclinarse sobre un humo invisible.

Efigies y pàjaros de agua para los nombres concretos
de una profecìa arrancada a los tallos.

Estructuras de plata en las silabas de un abismo
recorriendo la fantasìa donde los zoològicos se mecen.

La brisa que golpea con su siseo en un rostro.

Nuevamente la estrùctura -esta vez sobre el mar- de un
navìo de arsènico tensando llamaradas. La espuma de alfiles
y colageno.

El sol de plumas o de vidrio. El presentimiento de acuario
antes de observar un pulmòn en la arena. La disciplina de
un ser respìrando en la aurora cualquier utopìa.

El color del bronce en el cuello mientras son
fosforescentes las cartas encalladas en la piel de una
brùjula.

El conocimiento de las alas en los ejercicios aereos
de una gaviota; algùn dìa quizà sean svasticos.

Y el lunar en los cabellos de esas alas para que sean 
encontrados algùn dìa por los hilos a lo lejos

esos que se reproducen entre dimensiones ideales.










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