domingo, 2 de abril de 2017

La Herradura de un Pájaro





Hoy en sueños fue contemplado el espíritu de una 
habitación. Los sueños provenían de un mediodía
en ella. Del sudor en sus axilas.
Del pulso en sus hojas.
De la performance de lo sobrenatural en
el tintineo de sus sienes.

-¿eran realmente sus sienes?-

Fantasmas y luces de paradójicos inviernos donde
asciende el fruto del oceano a los lentes.

A una fantasía de rojo en las espinas.
A una aproximación de huesos en una cantera, donde
los archipielagos y peninsulas arriban con sus
prismas y fragmentos. Entre alfabetos
de dragaminas.

Encías y suburbios de una helicoidal vereda.
Meridianos que muerden el polvo jadeante del 
cristal en un velero. 

Dioses de nieve en la herradura de un pájaro
durmiendo en el plomo.

Hoy en sueños. Mientras los jinetes demostraban
los colores morados de las astronomías.

Mientras los animales recogían sus colas de las
sombras.

Entre las nervaduras formadas por espectros y
mandibulas.

Durante el viraje de la estética con apariencia
de edad asilada por las grutas junto
a mitografías y acupunturas siempre de helio.

En el conocimiento de la lluvia antes de volver
a las epifanías

con una hormiga de mercurio y acero en su boca.










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