martes, 25 de abril de 2017
El Leprosario de la Luz
Parece un aire seguido de una paràbola.
Una mistica domada por escarlatas artificios.
En ella aparece un desasimiento.
Quizà como lo inasible respire en los bordes
o escriba en las catalinas de una bicicleta por la noche
irradiando aùn circulos. Descartando esferas.
Probablemente una mañana de sirgadores
organizados por escoltas de un velo, lleno de
zinc y elixires que ruedan amarillas.
Una espera. Un horizonte finalmente donde
el pensamiento roza la memoria con un pàjaro.
Asi logran encontrar sus nombres.
Tal vez el voceo de una cosa èpica en la yesca
donde las particulas lucen motivos de diamantes
conquistados de noche nada màs que por el hambre.
Parece una astrologìa.
El muro de un reloj donde extrañas melenas
arrojan su pelo a la realidad escarbada una y otra
vez por la apariencia. Por la sed o algùn
antibiotico, llenando las espigas
de cartones.
Parece. Es posible que sea esto o aquello
saqueando los nucleos o la radiactividad.
El peso arqueado de un cordòn en la cola de
un pelicano.
Donde se elevan hacia leprosarios de luz
millones de hormigueros.
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