martes, 11 de abril de 2017
El Alimento de los Telfèricos
Esos rituales sobre las cenizas dicen algo.
Algo que obviamente no sè.
Las crestas siguen incrustadas sobre la arena.
En el lugar donde los medanos parecen catàlogos.
El iris deja de ser el eter y ya que en su mundo los objetos
vibran a base de palabras sus dimensiones son ya de silabas
y colindan con el verbo.
El verbo duerme entre el tiempo y el espacio lleno
de eslabones. Los dragones que habitaron en èl eran
azules. No hay nada màs que decir de los dragones.
A diferencia del azul.
De los barcos y arrecifes dormidos entre siseos.
De las sienes con una escollera de cartulina
esparciendose en los abalorios.
Esos rituales sobre las cenizas dicen algo.
Residieron en una tierra donde los idiomas fueron
derramados por una torre.
Escribieron de ello con naturalezas de aceite.
Se comportaron -siguen haciendolo- de forma idonea
-segùn dicta toda teorìa-
intentando alcanzar un pròlogo.
Una hiperbole.
Un neumàtico cuyas palabras hablan sobre la vida
del pavimento y nada màs.
Pero yo veo tallos rosados en los ojos de los peces.
Telefèricos alimentandose por la noche de tijeras.
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