martes, 20 de enero de 2015

Inspiraciòn Cientìfica





La luz se apaga, el dìa ha pasado
como un hombre que lleva un reloj
en el cuello. De su boca brotan pasadizos.

Y yo no pensarìa en un cuello si en 
las algas hubiera màs porque vivir,
una existencia de conchas -por
ejemplo- que sostenga el latido, un
culto a una morgue que ofrezca
trascendencia, una aguja con un
don de agua.

La luz se apaga, parece un sentido
de plastico sobre la enredadera, un
jinete que observa los barcos desde
no sòlo un desdecir, un poema que
se aleja con inspiraciòn cientìfica.

Ballenas y persas huyen desde el 
interior de los planos, hasta solsticios
y menguantes, acariando en sus visiones
un tallo. El sentido del eros sobre un
manantial, donde los oxidos se baten con 
la humedad en ensenadas de tiempo.

Escencias de crotalos que en formaciòn
de estrùcturas, reconocen espejos de sed
entre antroplògicos palacios, estudiamos
nuevamente el polen, extendemonos hacia
una calavera mirando en su objetividad
ese ùnico viaje, que toca por un instante
el esplendor y despuès la mente...pasadizo
hacia los claveles, la idea como pensamiento
màs sideral que los colores, desprendiendo
una comparaciòn, intuyendo un evento
de desesperaciòn entre las hojas...y

la luz se apaga, eso significa que los puertos
duermen en una caverna, ello es semejante
al equilibrio existente entre dos palabras, por
màs que todos sus nombres provengan de
universos diferentes. Pero tambièn significa
la llegada de un sentido donde los imanes
despiertan sin un cronograma, convertidos
en platano por alguno de los racimos que
inveteradamente llevan alma de leñados
sueño de voceo que en toda su plenitud
desconozco.

Se apaga...ese y no otro es el principio de 
su espìritu.




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