jueves, 22 de enero de 2015

Azul de Azufre








Todo era de cobre, la noche estaba por nacer,
al libro de los primogenitos seguía el de los
antepasados.

Las arañas tejían elementales en el verdor
de una campana
dimensionada entre los aires por el follaje
de las taxonomías.

Las cebras confirmaban la existencia de dios
cuando las garras del león llegaban
para incrustarse en sus lomos.

Las estrellas que poseíamos en las sienes
equilibraban su naturaleza en un tallo, sin necesidad
ni cabellos.

La memoria recogía sus pulmones de la lechuza, la 
hierba en desorden por la nieve
era proxima al oceano, como un libro de frutos en el
nectar, tomando siniestras imágenes 
fantásticas.

Nos desvanecimos en actividades de colores entre 
la penumbra, una penumbra siempre
desconocida, ofreciendonos como
único adjetivo, la sombra.

Los grillos llevaban ballestas, asi el crepúscular 
incendio del aceite en la noche o la madera
de una escalera crujiendo porque ese es todo su
lenguaje.

Todo era de cobre como también de aluminio
ello semeja cierto eden
un paraíso con las plagas quizá
un invierno de langostas
un gallo llevando una cresta de fuego en 
nuestro insomnio.

Regiones de piedra, completaban un nexo.
El murcielago oprimía su muelle
escarlata en el lugar donde
aguardabanlo prologos.

Inédito era el río.
La santabarbara del oceano con peso de espuma.
La geología de cierta sintaxis
quebraba signos hasta reconocerse
en un mediodía de látigos
donde los gorriones paseaban demacrados
sus aleteos.

Las grutas escondían nuevamente el presagio.

Luminosos vestigios recreaban 
la información del lagarto colgados del velero.

Pensamos que las cosas volverían a 
ser como el viento desnudando la infamia.

Creímos en fiebres que dirigían 
sus límites, en una bandada hasta un azul
de azufre....

Un azul de lleno de regimientos
y dirigibles.

Donde la locura paseaba su belleza.






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