viernes, 24 de mayo de 2013

Los Inmediatos Relàmpagos






Siempre quise una derrota que
llegara de la mùsica.

Que se alarmara y llevara aforismos.

-he quitado el adjetivo al aforismo-

Que despejara el amor en las fachadas 
del deseo.

Terrorista como el adjetivo - otra vez-
del hombre entre los hombres.

Llena de sicarios como las que colman
los faroles.

Yo siempre quise la esperanza de esta 
fe tan democratica, tan esquizofrènica.

Ejemplificada tan solo al degollar.
Burocrata en cada una de sus heridas
evangelizando todo lo que pudiera pensar;
mi cita personal con un movil
mi cita personal con las mayòlicas.

Ocasionalmente mi sospecha
de imprimir piramides en mi nostalgia,
porque esa fe llegò tambièn a ese lugar.
Llegò a todos los parques que tuve o 
amè, menos a uno.


Pero yo quiero un verbo por temor
a pànico, al epitafio,
que viva aledaño a un espejo
que no tenga armaduras ni clavos
que sea señor como una espera
que busque diariamente lo convencional
-en lo convencional està todo el universo-
que hable de plasticos o gestos
que conjure sin avanzar un antepasado
y no pueda llegar a lo sagrado en èl.

Lo sagrado para empezar es un 
relàmpago inmediato.

Un relàmpago que luego empieza
a desfigurarse.

Y lo hace en cada antorcha de 
tus venas.


Guillermo Paredes Mattos






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